El marido de Beatriz Galán hizo las veces de matrón asistido telefónicamente por el personal del 061 ya que no les dio tiempo a trasladarse al hospital
Beatriz Galán, vecina de Dos Hermanas, ha dado a luz en su casa ayudada por su marido y por su hijo de tan sólo 9 años.
Y es que su bebé, Daniel, no esperó a que sus padres llegaran al hospital. Ni siquiera les dio tiempo a salir por la puerta.
Beatriz y su marido habían regresado del hospital dado que llevaba tres días de contracciones y ya eran cada cuatro minutos. En el centro hospitalario se le pararon por lo que le dijeron que el parto no era inminente.
Una vez en casa las contracciones regresaron y con ellas la dilatación y la llegada inminente de Daniel.
Sin tiempo para regresar al hospital, ya que el niño asomaba la cabeza, Beatriz Galán parió en su casa, en su cuarto de baño ayudada por su marido, que hizo las veces de matrón, al teléfono con médicos del 061 que le asistieron, y su hijo Leo de 9 años que seguro no olvidará la experiencia de ver a su hermano recién nacido.
Paso a paso cómo sucedió todo
«Mi marido se empezó a vestir pero me toqué y noté la cabecita. Así que… activamos modo supervivencia. Mi marido el pobre no se lo creía. Me decía: por favor no me hagas esto. Le dije que llamara al 061 y a mi madre para que viniera a por el niño. Llama que viene», explica Beatriz.
«Teníamos la cabeza a mil, viendo los diferentes escenarios, todos los peligros, qué podía pasar, cómo hacer, qué era lo correcto… Nada me puse a cuatro patas, porque estaba el suelo resbaladizo, me apoyé en la alfombrilla para ver qué se veía. Ya se le veía la cabeza perfectamente. No tenía ni miedo ni dolor o mi mente lo ha borrado. No lo sé. Sólo sé que estábamos solos y la vida de mi niño dependía de cómo actuásemos», nos cuenta.
«Entonces, de fondo, escuché la vocecilla de mi Ángel de mi Guarda, que ahora sé que se llama Elena, y Miguel, que me atendieron en el 061. Escuché que decía ¿Javier qué ves?, Veo la cabeza, pues cuando ella tenga ganas de empujar que empuje… Me arroparon. Yo sabía lo que tenía que hacer, no sé por qué, mi cuerpo me iba indicando qué tenía que hacer pero que te den ese refuerzo… fue un calor increíble», sentencia.
«Y nada, empujamos, luego nos dijo que le girásemos el hombrito pero de repente, Dani, sacó su manita maravillosa y con ella sacó el cordón con lo cual nos quitó otro miedo terrible que teníamos que era que viniera con el cordón al cuello. Nació y pegó un grito enorme que despertó a mi chico que vino corriendo y dijo: mamá, de dónde ha nacido. Y le dije: ha nacido aquí cariño. Al final te prometí que ibas a ser de los primeros en verlo y has sido el primero. Y mi niño me dio la toalla, envolvimos al hermanito, el hermanito abrió los ojos…», nos detalla.
«Muy bonito, una experiencia fantástica pero que de verdad no recomiendo a nadie… Mejor todo en el hospital, con un médico. Pero bueno, una vez pasado, teniéndolo en bracitos, sano, un bellezón que es mi gordi, muy contentos», subraya Beatriz.
Todo sucedió en cuestión de minutos, muy rápido. Cuando llegó la ambulancia Daniel ya estaba en este mundo. Los facultativos procedieron a cortar el cordón umbilical y a trasladar a la madre y al bebé al Hospital, donde recibieron el alta 24 horas después.
El pequeño ha pesado 2,4 kilos y los padres agradecieron la ayuda prestada por los médicos a través del teléfono, Elena y Miguel, «como la voz de nuestro ángel de la guarda» a los que esperan conocer muy pronto.
«Destacar el valor del 061, de la calidad humana de las personas que hay detrás. Busqué por un foro a la chica del 061 que me atendió. La encontré y lo primero que me dijo fue: muchas gracias por buscarme porque estaba muy preocupada por ti y por el bebé y ahora me quedo mucho más tranquila. Increíbles todos. Ambulancia, médicos, todo», agradece.
Beatriz Galán subraya que ella no quería un parto en casa. Que está a favor de todo lo que sea natural pero «un parto en casa que sea con un médico, con una matrona, habiéndose uno preparado para ello. No estoy enfadada con el hospital pero una vez pasado es cuando me ha entrado el miedo de que podía haber perdido a mí bebé. Es muy duro».