José María Castro: “Mi pintura es comprometida, intento transmitir algo”

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José María Castro Maqueda reside en Montequinto y tiene una peculiar historia. Ya jubilado, ha estado durante años compaginando su profesión, taxista, con su gran afición, la pintura, en la que empezó dibujando cómics y carteles durante la dictadura y la transición española. Desde finales de siglo hasta el momento, ha realizado múltiples exposiciones, ha participado en certámenes y ha recibido varios encargos. La Biblioteca Municipal de Montequinto alberga este mes de mayo uno de sus últimos trabajos, la exposición ‘La incesante luz de los espacios abiertos’, que se puede visitar gratuitamente.

¿Cuándo empezó tu pasión por la pintura?

Mi comienzo en la pintura viene desde que era un niño y cada vez fui adquiriendo más interés en los dibujos que yo hacía. Mi familia me apoyaba mucho y me decían que lo hacía bien y que les pintara, eso me motivaba para seguir pintando. En los movimientos juveniles también me iban encargando dibujos.

¿Cómo has compaginado la pintura con tu trabajo?

El trabajo del taxi, más que duro, son muchas horas. El salario depende de lo que tú hagas, si trabajas más, ganas más y si trabajas menos, ganas menos. Pero a mí como me gusta la pintura, es mi hobbie desde que era pequeño, yo llegaba a casa a las once de la noche y me ponía a pintar, igual que los días de descanso. Yo soy muy nervioso, pero pintando se me quita todo.

¿Sobre qué temas sueles pintar?

Mi pintura es una pintura comprometida con la situación. En la etapa de la dictadura, yo me eduqué en San Jerónimo, una barriada obrera, pobre, y mis dibujos iban encaminados en contra del régimen. Ha ido pasando el tiempo y, aunque ahora se pueda ver mi pintura como realismo y que no conlleva nada, tiene un trasfondo. Por ejemplo, tengo un cuadro de unos flamencos en el agua en Doñana, pero Doñana ya no está así, está seco. También pinto sobre lo que me gusta, lo que veo, intentando transmitir algo, una información, al que vea mis cuadros, que vea más allá de la simple imagen.

¿Tienes una fuente de inspiración para pintar?

No. Por ejemplo, a mí me gusta una fotografía y la pinto. No pienso que el pintor tenga esa musa o no. Yo no me considero un artista, me considero un trabajador, entonces no echo de menos ni tengo en cuenta eso de la musa o la inspiración. Yo doy los colores a un cuadro porque me ha parecido, según el estado de ánimo que tenga en ese momento.

¿Cuánto tiempo sueles dedicar a la elaboración de una obra como estas?

Depende. Me puede llevar un mes, me puede llevar dos meses, una semana… Depende de las ganas y el entusiasmo que le ponga, si me sale o no, si me gustan los tonos que le estoy dando o no me gusta… El proceso de un cuadro es totalmente impredecible, varía mucho.

Además de hacer exposiciones, ¿has participado en algún concurso?

He participado en concursos de carteles. Lo más reciente fueron las exposiciones al aire libre que realiza una organización de arte que hay en Dos Hermanas, ‘Ventana Plástica’, que hace todos los años un certamen donde hay muchos pintores que nos presentamos. Este año ha habido 790 cuadros y 150 artistas aproximadamente. Hay un jurado que elige 40 obras para poderlas poner en La Almona. He tenido la suerte de que el jurado siempre ha cogido una de mis obras. Además, en el certamen número 25, que fue en el 2018 o 2019, el Ayuntamiento de Dos Hermanas se quedó con una obra mía.

¿Cuál es la obra que has realizado de la que más orgulloso te sientas?

En 1994, apareció muerto un pescador en Huelva por disparos de las lanchas marroquís. Era cuando había conflictos entre España y Marruecos por la pesca. Hice un boceto tipo cubista, no realista, donde aparece el padre, la madre o la mujer y el pescador muerto en la playa. Por su contenido, es el cuadro más especial para mí.

¿Sobre qué trata y hasta cuándo se puede visitar tu exposición en la Biblioteca de Montequinto?

Se puede visitar hasta el 31 de mayo durante 24 horas que está abierta la Biblioteca. La exposición va referida a la incesante luz en los espacios abiertos. Es luz lo que hay en los cuadros. Lo he intentado hacer a través del trabajo, del esfuerzo y la mezcla de colores. Tengo un cuadro que he recogido de La Almona y una profesora de Bellas Artes, que era miembro del jurado, me decía que si había estudiado Bellas Artes. Yo le contesté que no, que yo soy autodidacta. Me comentó que la sombra que le había dado a los árboles se estudia en Bellas Artes. Quizás por eso escogieron esa obra, porque no se explicaba cómo había conseguido esos tonos de pintura. Yo tampoco sabría explicar cómo los he conseguido.

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